Apagué el celular.
Odio a todo el mundo. Sí. TODO el maldito mundo. Sí alguien tiene el valor para molestarme tienen el número de mi casa, si aun no me sangran los oídos por el volumen de los audífonos, puede que atienda; otros saben donde vivo y de igual modo si aun no me sangran los oídos, puede que escuche el timbre, intercomunicador o gritos en la ventana. Si se están muriendo, llamen a emergencia, es obvio que yo no podre hacer nada para evitar su muerte. Eso es todo. -Off.
Que novelita....
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